En Duchamania recibimos muchas solicitudes de presupuesto para cambiar la bañera por plato de ducha, ya sea por falta de espacio o por comodidad, como en el caso de la gente mayor. Pero como todo vuelve y hay veces que nos gusta recordar los años pasados, desde el equipo de Duchamania queremos contaros la historia de esas bañeras de estilo.
Seguramente hayas visto este tipo de bañeras en algún lugar o alguna serie de televisión, puesto que en el pasado fue un elemento distintivo en los baños de las casas nobles, constituyendo por si solo un bonito elemento decorativo aparte de su función de baño.
La calidad de fabricación de este tipo de piezas era extraordinaria para su época, realizadas en hierro fundido de una sola pieza y recubiertas con una gruesa capa de cerámica, su robustez era una de sus principales bazas.
A partir del primer cuarto del siglo XX (1.925) su uso fue decayendo por el encarecimiento de los materiales y por la sustitución de este tipo de piezas por otras mas ligeras y económicas destinadas a la construcción de viviendas en serie, actividad que ya empezaba a ser importante.
En los baños en los que se realizaban reformas muchas de estas piezas fueron retiradas por su mal estado, ya que no existía forma alguna de recuperarlas, y así muchas de estas piezas acabaron sus días oxidandose lentamente en chatarrerías, sirviendo de bebedero para el ganado o fundidas de nuevo.
En nuestro país, desde hace unos pocos años, se empieza a valorar estas bañeras, tanto por su vistosidad como por su antigüedad, y es frecuente verla en anuncios publicitarios y películas cinematográficas como signo de refinamiento y distinción.
Hoy puedes encontarlas todavía en empresas especializadas. La foto es de Victoria Albert